29-3-2015
Apagó la tele de mal humor. Le
parecía indignante. En todas las series era igual, cada vez que salía un
biotecnólogo en una serie quería destruir como mínimo a la mitad de la
humanidad. ¿Qué les habían hecho a los guionistas para que les odiaran tanto?
Porque llevaba cuatro años estudiando biotecnología y en ninguna asignatura
había tenido el tema de: aplicación de la metodología biotecnológica a la
erradicación de la humanidad y la destrucción planetaria. Lo que había
aprendido en todo ese tiempo en la universidad servía para salvar vidas o
mejorar procesos de producción, pero no para matar. Era cierto que alguien con
sus conocimientos podía dedicarse a hacer el mal, pero eso se aplicaba a
cualquier disciplina. Los físicos habían inventado la bomba atómica y sin
embargo se veían transformados en superhéroes; en cambio ningún biotecnólogo
había destruido aun a nadie y se les presentaba siempre como criminales. ¿Por
qué? Era imposible de comprender.
Cada vez que veía algo así
pensaba que había que buscar la manera de demostrarle al mundo que no eran unos
monstruos, que ellos también podían ser superhéroes. Literalmente no, el mundo
ya tenía bastantes locos, como el que se hacía llamar hearingman, ni que fuera
un lord inglés. A lo que se refería era a que tendrían que hacer algo grande para
demostrar al mundo como eran en realidad. Por eso se pasaba todas las noches
trabajando a solas, porque esperaba que su pequeño proyecto pudiera mejorar el
mundo.
30-3-2017
Colgó el teléfono sonriente.
Después de dos años de trabajo duro acababa de realizar la primera venta de su
empresa. Aún tenía la convicción de que con su invento podría mejorar el mundo,
y parecía que estaba en el camino correcto. Por el momento trabajaba en un
diminuto laboratorio que le alquilaba a otra empresa, pero cuando hiciera un
par de ventas más podría conseguir un sitio propio y contratar trabajadores y
hacer que todo el mundo oyera hablar de sus maravillosas semillas FreeO.
Sabía que el producto era bueno
así que no tenía nada que temer, se vendería solo. ¿Quién no querría una planta
con una producción mucho mayor? Vale que no fueran fértiles, pero no le
serviría de nada comercializar un producto que solo pudiera vender una vez.
Todavía solo vendía trigo, pero dentro de poco, cuando lo aprobaran los
gobiernos se podrían obtener muchos otros vegetales. Realmente no le costaba
nada modificar una planta, para algo había elegido la Rubisco como objetivo,
era la enzima más conservada y además tenía un fallo lo suficientemente grande
como para poder mejorar mucho su productividad.
31-3-2018
Abrió la puerta con entusiasmo.
Ahora tenía un edificio propio, con sus laboratorios de último modelo y su gran
despacho. Las ventas no habían hecho nada más que subir desde el primer día.
Solo un año después la mitad de los agricultores del país plantaban su trigo, y
estaba a punto de sacar a la venta una línea de tomates.
Aun así no le convencía lo que
estaba haciendo. Estaba enriqueciéndose a marchas forzadas, pero ese nunca
había sido su objetivo. Al empezar con todo eso iba buscando mejorar el mundo y
demostrar que los biotecnólogos no eran malos, pero por el momento no había
logrado nada de eso. Había gente que seguía muriéndose de hambre pese a que no
paraba de aumentar la producción mundial de trigo. ¿A dónde iba a parar todo el
alimento que generaban sus semillitas?
1-4-2038
Bostezó lentamente y se hundió un
poco más en el gran sillón de cuero. Esa semana su empresa había subido varios
puntos en la bolsa. En esos momentos se encontraba entre las diez personas más
poderosas del mundo. Sus semillas suponían casi el 90% de la producción mundial
de comida. Pero seguía sin ser feliz. A parte de acumular millones en el banco
no había conseguido nada.
Tenía la sensación que en vez de
mejorar el mundo lo había empeorado. Cada vez que veía las noticias hablaban de
grandes incendios que se sucedían en distintos puntos del planeta. Al principio
había pensado que solo se trataba de una mala racha, simple casualidad; pero
después había tenido una idea inquietante. Se le había ocurrido medir los niveles
de oxígeno libres en la atmósfera y habían subido mucho desde que era joven., y
la única causa que se le ocurría para este aumento eran sus plantas. Había
aumentado significativamente la masa fotosintética del planeta y eso había
llevado a una mayor liberación de oxígeno, por lo que aumentaba la probabilidad
de incendio. En resumen, había convertido la Tierra en un incendio en potencia.
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